Empresas de restauración colectiva, comedores, restauradores, catering, carnicerías, panaderías, mataderos... La ley les obliga a instalar un recolector de grasas y a prever su mantenimiento. Séché Assainissement es su socio especializado para una gestión óptima de su recolector de grasas.
Esta instalación de saneamiento atrapa la grasa presente en las aguas residuales con el fin de prevenir la obstrucción y degradación de las tuberías y facilitar el tratamiento del agua. Para prevenir la formación de tapones que pudieran obstruir las tuberías, provocar fenómenos de fermentación y malos olores, el recolector de grasas debe ser vaciado y limpiado periódicamente. Su mantenimiento determina su eficacia y durabilidad.
¿Sus grasas ? Un verdadero combustible para la economía circular
Los residuos grasos del recolector son residuos específicos que deben ser recogidos y tratados. En ningún caso deben tirarse por el desagüe ni mezclarse con la basura doméstica. Con Séché Assainissement, no sólo queda garantizado su cumplimiento de la normativa, sino que su empresa se convierte en un actor de la economía circular: una vez recogidas, sus grasas comestibles se envían a una estación de pretratamiento para ser desaglomeradas y deshidratadas. A continuación, sus residuos son enviados a un centro de metanización donde se transforman en Gas Natural Vehicular (GNV), combustible que alimenta algunos de nuestros camiones hidrolimpiadores.